20/10/08

Sobre mairena y el Tiempo 1

Vivimos una época donde la vida social nos encierra como a niños en un cuarto oscuro para hacernos caer en el hechizo del tiempo vacío, el tiempo de la promesa y su destino. Vivimos pendientes de nuestras expectativas, las ideas de futuro a que encomendamos la vida.
La tiranía ha descubierto que este es el modo de regir las vidas, de domeñarlas: tenderles un tiempo futuro. Las ventajas de esta forma de Idiocracia sobre las otras formas de dominación consisten básicamente en este hecho: son mis ideas propias, mis expectativas, mi idea de mi vida, mis planes para mi, las que me tienden las redes, las que me encierran en su círculo, y las aliadas del régimen que planea la vida general (Política) de todos.
El corolario que se desprende no puede ser más claro: no hay rebelión de verdad si no es contra mi fatum, contra mi destino; no hay rebelión contra la muerte (que se presenta así en su forma verdadera como cumplimiento, acabamiento mediante planes y propósitos) si no es contra mis planes, contra mis ideas. No hay rebelión si no hay guerra a las ideas. Y las primeras de todas que han de caer, son las propias; aquellas que son el fermento de mis convicciones.

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